Lo más probable es que entre las causas del desaire de la Academia Sueca haya habido una combinación de factores políticos, personales y hasta literarios.
Borges recibió de manos de Pinochet el doctorado honoris causa en la Universidad de Chile y pronunció un discurso cuestionado, del que años después se arrepintió públicamente.
Lundkvist accedió. Comenzaron a hablar de las letras sudamericanas y de pronto escuchó una revelación. "Me dijo: la Academia Sueca nunca le dará el Nobel a Borges . Le pregunté por qué. Mencionó el encuentro con Pinochet, los elogios al dictador. Y agregó: la sociedad sueca no puede premiar a alguien con esos antecedentes. Semejante confesión me extraño mucho. Supuestamente, un miembro de la Academia no puede expresarse en esos términos", recapitula el chileno.
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